Publicado en La Tercera
Especialistas plantean que seguir informando a diario sobre la cantidad de personas que se contagian con el virus es inoficioso. Con la variante Ómicron circulando, hoy la representación del impacto de la pandemia está en otros parámetros.
El doctor Anthony Fauci, principal asesor médico del presidente Joe Biden, fue uno de los primeros en plantear que en esta etapa de la pandemia y con Ómicron circulando en todos los continentes y creciendo de manera exponencial en todos los países, contar la cantidad de casos diarios de personas contagiadas con Sars-CoV-2 es inoficioso si se utiliza como una medición del impacto del virus.
Fauci, y otros expertos plantean que hoy son las cifras de hospitalización son las que representan la mejor visión de la gravedad de la variante del coronavirus Ómicron, más que el recuento tradicional de casos de nuevas infecciones.
Hoy en Estados Unidos se detectan alrededor de 767 mil casos diarios, 350 mil en Francia, 115 mil en el Reino Unido, 220 mil en Italia, 135 mil en España y Argentina, casi 5 mil en Chile. Con esa cantidad de personas contagiadas, es esperable que las hospitalizaciones y los fallecimientos, también aumenten.
Incluso, algunos expertos creen que los informes que de casos causan una preocupación innecesaria en la población, porque es un número importante pero que no explica la gravedad del momento. “La conclusión real por la que quiere preocuparse es si las vacunas nos protegen de enfermedades graves que conducen a la hospitalización”, ha dicho Fauci a los medios la semana pasada.
Flavio Salazar, vice rector de Investigación de la Universidad de Chile e investigador del Instituto de Ciencias Biomédicas (ICBM) de la Facultad de Medicina de la misma universidad, tiene una mirada más moderada y cree que el número de contagiados, como cifra a informar, sigue siendo importante y aunque ya no es “lo más relevante”, tiene que seguir siendo considerada, sobre todo cuando se utiliza como herramienta de medición por países.
“Dado que este virus ha demostrado ser altamente contagioso, que se ha expandido muy rápido, y se ha observado que la mortalidad es mucho menor -probablemente debido protección que han ofrecido las vacunas- lo más relevante hoy, sin que lo otro deje de serlo, es enfocarse en las hospitalizaciones y las muertes principalmente, para ir controlando la evolución de la pandemia en ese contexto. Para saber qué tan grave está avanzado la pandemia, los números de personas hospitalizadas y las muertes, son más indicativos”, dice Salazar.
A su juicio, para tomar medidas de política pública, el número de contagiados no es tan importante. Sin embargo, “si aumentan los casos de hospitalizaciones, se deben tomar otras medidas. Ese es el cambio que se propone, lo que define la gravedad de la pandemia son los pacientes que se enferman grave”, insiste el investigador.
Relación
Para Marcela Garrido, urgencióloga Clínica Universidad de los Andes y jefa del Departamento Epidemiología de esta universidad, más importante que una sola cifra, se debe establecer una relación entre los casos nuevos y las hospitalizaciones. “No se puede mirar solo a los hospitalizados porque reflejan algo que ya pasó y eso deja poco espacio para tomar medidas que eviten brote y sobrecarga del sistema. Necesitamos mediciones que sean precoces y que nos den alerta para poder tomar medidas a tiempo”, dice.
Esta especialista reconoce que el número de casos nuevos ya no es tan significativo ni tan importante, porque a pesar del aumento de casos que estamos viendo, con las nuevas variantes y el estado de vacunación que tenemos, “no se refleja directamente en lo que pasará la semana siguiente con las hospitalizaciones, esa relación la cambió la vacunación que está justamente indicada para prevenir los casos más graves.
Alejandro Bernardin, investigador de la Fundación Ciencia & Vida, realizó una tesis doctoral tomando como referencia el brote de ébola ocurrido en África (2014-2016) antes de la pandemia y con modelos computacionales comprobaron que en casos de crisis sanitaria, los reportes diarios reducen el impacto de las noticias falsas o fake news y al mismo tiempo, ayuda a evitar la propagación de la enfermedad.
Según el reporte, liderado por los doctores Tomás Pérez-Acle, Alejandro Martínez y Alejandro Bernardin, en ausencia de soluciones farmacológicas (vacunas, tratamientos), la comunicación masiva y diaria a la población es crucial para controlar crisis sanitarias.
Pérez-Acle, director del Centro Basal Ciencia & Vida y tutor de esta tesis doctoral, explica que “cuando la entrega de información por parte de las autoridades o los medios de comunicación decae, emergen las fake news y otro tipo de discursos que tienen a países desarrollados con tasas de hasta el 40% de personas sin vacunarse, por lo cual se han visto más afectados por el incremento de los contagios y el surgimiento de nuevas variantes del virus Sars-CoV-2?, subraya el también académico de la Facultad de Ingeniería de la Universidad San Sebastián.
Según el investigador, en esta pandemia los chilenos hemos sido bombardeados con información, tanto que hoy, el número de infectados diarios es muy simple de entender y la cantidad de hospitalizados y fallecidos dan a la población una idea de la magnitud y la gravedad.
Junto con mantener el actual nivel de información diaria, Bernardin insiste en que estos mensajes cuantitativos, deben ir acompañados de una actualización en las medidas de prevención. “Al inicio de la pandemia se hacía hincapié en el lavado de manos, el alcohol gel, la medición de temperatura y la limpieza de las superficies cuando creíamos que el contagio era por contacto. Hoy, lo más importante como entrega de mensaje es el uso de la mascarillas, la ventilación y la vacunación”. Sin este hincapié, las personas seguirán sintiéndose seguras yendo a un lugar en el que midan la temperatura al ingreso aunque no sea ventilado.