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Entre 5 y 17 años: menores hospitalizados por covid-19 se quintuplicaron en 6 meses

Publicado en biobiochile.cl

Los ingresos de menores entre 5 y 17 años de edad hospitalizados por covid-19 se quintuplicaron en sólo seis meses, situación que preocupa a expertos, principalmente tras la aparición de una nueva variante en Asia: la Delta.

Si bien no hay casos confirmados en Chile de esta nueva mutación, sí se sabe que golpea fuertemente a niños y adolescentes, lo que podría llegar a elevar aún más las cifras de menores internados.

Según un estudio realizado en India, esta variante es hasta un 50% más transmisible que la Alfa, hallada por primera vez en Reino Unido, y está detrás de la rápida segunda ola que llevó a esa nación asiática a registrar más de 400 mil casos diarios.

El mayor problema es que en el caso de los jóvenes, esta cepa se manifestó de forma “más grave” en los pulmones, los riñones y el corazón.

Al alza

Al analizar los datos contenidos en un gráfico elaborado y publicado por el doctor en Física y académico del Centro de Nanotecnología Aplicada de la Universidad Mayor, Rafael González, se puede observar el avance de las hospitalizaciones de menores, un fenómeno que no se advirtió con fuerza durante la primera ola.

Si en enero de 2021 las hospitalizaciones (cada 14 días) fluctuaban en 30 casos en menores de entre 5 y 17 años, para junio de este año esa cifra se elevó hasta las 150. Dicho de otro modo, en seis meses las internaciones se quintuplicaron.

En lo que va de pandemia, más de 3 mil menores de edad han sido hospitalizados. De ellos, 1.154 -casi la mitad- se han informado en los últimos 5 meses.

Pero no sólo las hospitalizaciones preocupan: los contagios también van al alza. Si en febrero se registraron 8.305 casos (cada 14 días), en junio de este año ese número llegó a los 19.812.

De acuerdo a cifras publicadas por el Minsal, desde el inicio de la pandemia, se han notificado 111.649 casos en personas de entre 0 y 18 años, con un promedio de edad de 11 años.

El 10% correspondieron a menores de 2 años, el 14,2% a niños entre 2 y 5 años, el 21,5% a niños entre 6 y 10 años, el 21,9% a niños entre 11 y 14 años y el 32,4% a adolescentes entre 15 y 18 años.

En cuanto a gravedad, 2.279 requirieron hospitalización, con 81 casos fallecidos, lo que deja la letalidad en un 0,07%.

 “Ya hay casos graves de niños que antes no los veíamos, incluso la proporción de pacientes niños ha aumentado como enfermedad”, destaca el broncopulmonar de la Clínica Indisa, Pedro Astudillo, en conversación con Radio Bío Bío.

“En Chile, los menores de 15 años son el 8%, o sea, cuando uno tiene un millón 600 mil enfermos, el 8% son 136 mil. Ya no son pocos los niños que tienen la enfermedad y de ahí, obviamente aunque la proporción de graves sea baja, va a ver un grupo que va a desarrollar enfermedades graves” advierte el experto.

Al menos durante el año pasado, las cifras evidencian cerca de 2 mil casos, sin mayores variaciones significativas a pesar de la denominada “primera ola”, destaca la pediatra y viróloga de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, Lorena Tapia.

“Da la impresión que en la primera ola probablemente tuvimos menos detección en ese grupo, porque fuimos a buscarlos menos. Probablemente la trazabilidades, los contactos, no iban a hacer tanta PCR al grupo de contactos. Y por lo tanto, ya en esta segunda ola, desde enero más o menos que empiezan a subir los números y la ola de contagios de adultos es como una copia de la ola en niños, pero la ola en niños o menores de 18 años es menor”, detalla.

De todas maneras, Tapia reconoce que han evidenciado el aumento de niños contagiados, principalmente quienes presentan obesidad.

“El año pasado no tuvimos pacientes adolescentes y si tuvimos, fue muy poco, pacientes graves obesos y vimos más PIMS (Síndrome Inflamatorio Multisistémico) y este año, además de estar viendo PIMS, estamos viendo en niños adolescentes, muchos de ellos con obesidad, que tienen neumonías y neumonías graves parecidas a lo que pasan los adultos”, apunta.

Vacunación aún en espera

A raíz de esta situación, los esfuerzos -incluso a nivel internacional- están siendo enfocados en comenzar a vacunar a menores. De hecho, las autoridades chinas ya aprobaron el uso de su vacuna Sinovac para ser usada en menores de entre 3 a 17 años.

Para los expertos, justamente la vacunación en espera es un factor a considerar.

“Hay varias razones, no muy complejas de entender. Uno, que los jóvenes son los más expuestos, son los que más salen a la calle, porque muchos de ellos son trabajadores o estudiantes, y les toca salir, tomar la micro, el Metro”, dice por su parte el médico Miguel Acevedo, epidemiólogo de la Escuela de Medicina de la Universidad Mayor.

“El virus busca y encuentra”

Sin embargo, aunque reconoce que suena obvio, el principal factor es que no están vacunados, algo en lo que coincide la pediatra Lorena Tapia.

“Son varios factores los que influyen. Al principio afectaba principalmente a los mayores y ahora que tenemos a esa población en un porcentaje importante vacunada, el virus busca su nicho, busca las personas susceptibles para infectarse, las busca y las encuentra, y ahora efectivamente las encuentra en personas más jóvenes”, explica.

“El Sars CoV-2 ha mostrado ser un virus eficiente en mantenerse en las poblaciones, lograr transmitirse rápido. También es eficiente en cambiar y tener ciertas variables y variantes, y en eso al parecer el virus ha logrado ir afectando a poblaciones un poco distintas a lo largo de la pandemia”, agrega Tapia.

Las críticas

Pero por otro lado, Acevedo también responsabiliza a las autoridades por lo que califica como una mala comunicación de riesgos, y un manejo errático de la pandemia.

“Se ha mencionado esta intolerancia de los muchachos más jóvenes de quedarse en casa y que son buenos para el carrete, probablemente ese sería un factor de riesgo, sin dudas, pero también tenemos que tomar en cuenta cómo se ha gestionado el tema de los permisos, sobre todo el permiso de vacaciones, los permisos de movilidad. Creo que como Estado se han tomado medidas como un parche sobre otro parche, sin una mirada global, más completa, y eso nos da cuenta de esos números malos”, critica.

“La comunicación de riesgo ha sido débil y confusa, y me refiero específicamente a estas ambigüedades cuando se cambian las reglas sin una clara explicación, sin una homogeneidad de una sola voz”, cuestiona Acevedo.

En ese sentido, el académico de la Universidad Mayor destaca que si bien era lógico comenzar la vacunación con los adultos mayores, especialmente por las patologías que arrastran como diabetes, obesidad y cardiopatías, estima que se pudo haber mejorado el calendario de vacunación, tomando como ejemplo lo que hicieron países como Estados Unidos.

“Era lógico partir con los adultos mayores porque lo que nos venía diciendo la información disponible, era que nos afectábamos más. Pero hubo momentos en que se pudo haber hecho cosas de otra manera, otras estrategias, como haber destinado las mañanas por franjas de horario y en las tardes haber dejado libre. Los estadounidenses se inscriben para ir a vacunarse, no es que le toque tal día, sino que se inscriben y eso es más expedito y productivo”, comenta.

Patologías

De los menores contagiados por covid-19, la doctora Tapia destaca algunos factores comunes que se evidencian entre estos casos, como la obesidad y la inmunosupresión -falta de defensas- que están complicando a los pequeños pacientes.

Y a los pacientes con obesidad, se les puede sumar otras complicaciones como hipertensión o diabetes. Aunque, destaca que hay un porcentaje menor que termina en estado crítico.

“Los casos en niños han aumentado al igual como aumentan en adultos, y vemos afortunadamente pocos casos, no es una patología frecuente, no te diría que es frecuente que un niño caiga en ventilación mecánica, pero si estamos viendo algunos que caen”, dice.

No obstante, la también académica de la Universidad de Chile aclara que hay un cuidado también en los tratamientos que se hacen en pacientes adultos y que se replican en los niños.

“Con los niños somos más cuidadosos en el uso de antibióticos, somos más cuidadosos en el número de radiografías y las imágenes que les pedimos, por lo tanto yo diría que somos un poquito más conservadores porque además sabemos que los niños andan relativamente bien, hemos tenido pacientes con neumonía que finalmente no caen en ventilación mecánica y que manejan bien su enfermedad pulmonar”, agrega.

 “Hay que vacunar masivamente. Hoy no se puede vacunar a los niños pequeños, pero se está haciendo un modelo investigativo con niños de 12 años para arriba. Tenemos que darles duro con la vacunación y si eso significa cambiar de vacuna dominante para algún tipo de grupo etáreo, se va a tener que hacer y gastar más dinero como país”, señala Acevedo.

“La vacunación es importante porque hemos visto que el virus es eficiente en contagiarnos y en transmitirse, que mientras no tengamos un porcentaje muy importante de la población vacunada, va a seguir circulando. Entonces si queremos evitar que circule tanto, es muy probable que necesitemos vacunar a un porcentaje muy amplio de la población y eso incluye a nuestros niños”, precisa Tapia.

La vuelta a clases

Si bien una de las principales críticas a la decisión de las autoridades de volver lo antes posible a las clases presenciales fue la posibilidad de que los niños se transformaran en vectores, lo cierto es que en el caso del covid-19 ha sucedido todo lo contrario.

“Hasta el minuto la gran mayoría de los casos en niños son producto de la infección de los padres que llevan el virus a los niños, no han habido grandes brotes en colegios, son más bien brotes producto de infecciones entre adultos, y finalmente se infectan los niños dentro de la cadena”, indica la pediatra.

En esa línea, destaca que “si logramos vacunar a la mayoría de los adultos y logramos que la circulación caiga entre los adultos, que somos los que infectamos a los niños, es probable que disminuyamos los contagios de niños”, puntualiza.

“En este caso, somos nosotros los vectores, más que en otros virus, donde se da al revés, los niños nos llevan los virus a la casa, como por ejemplo la influenza, se vacunan niños y adultos mayores porque sabemos que en los colegios circula harto. Lo mismo que otros como el rinovirus, como el virus respiratorio sincicial, donde son los hermanos los que llevan las infecciones a la casa y por eso pensábamos que para coronavirus iba a ser parecido, pero ha resultado distinto”.

“Los adultos son los mayores vectores”, sentencia.

Por último, la doctora Tapia resalta la necesidad de que los adultos se sigan cuidando -y vacunando- para proteger a nuestros niños.

“La mayoría de los papás queremos cuidar a nuestros hijos, más allá incluso que nosotros mismos, entonces creo que los papás, los padres y adultos, tienen que tomar conciencia que las enfermedades en los niños en este minuto dependen un poco de nuestros cuidados, primero de vacunarnos, y segundo, de seguir cuidándonos, mantener nuestros cuidados con la mascarilla, evitando las reuniones sociales, lo que hemos dicho hasta el cansancio”, concluye.

Más drástico, el doctor Acevedo va más allá en las consecuencias de no tomar los cuidados mínimos, lo que ya está provocando un importante estrés en la red asistencial.

“Todo el año vamos a tener covid, donde hoy día la urgencia es reducir el contagio para evitar muertes, porque estamos con las UCI llenas y eso significa que si choca un bus camino a Valparaíso, toda esa gente va a morir porque no va a haber dónde colocarla, porque no va a haber hospital que la reciba”, advierte.

Entre 5 y 17 años: menores hospitalizados por covid-19 se quintuplicaron en 6 meses