Publicado en La Tercera
A casi un mes de que el Minsal mandatara a la instancia para adoptar una decisión sobre la inmunización obligatoria, el Cavei definió continuar con la voluntariedad del plan de vacunación, atendiendo a las altas coberturas que se han logrado en el país, tanto en el esquema inicial como en el refuerzo.
A inicios de diciembre, el Ministerio de Salud solicitó al Comité Asesor en Vacunas e Inmunizaciones (Cavei) analizar la pertinencia de hacer obligatoria la vacuna contra el Covid-19, al menos para algunos grupos críticos, como funcionarios de salud o adultos mayores. El requerimiento, de hecho, fue una de las últimas gestiones de la exsubsecretaria de Salud Pública Paula Daza antes de renunciar al cargo, y se enmarcó en los avances que han hecho otros países, como Austria, donde se declaró obligatoria, o Francia, donde es mandatoria para el personal sanitario.
Si bien el pronunciamiento del Cavei no es vinculante, el ministerio -en general- adopta los lineamientos entregados por el grupo asesor. Un ejemplo de ello fue la jerarquización de grupos prioritarios al inicio de la vacunación contra el virus o los lineamientos para inocular a menores de edad. De hecho, ayer, la actual subsecretaria, María Teresa Valenzuela, al ser consultada por una eventual definición, expresó que si bien “los consejos asesores son muy respetados por la autoridad (…), después viene un proceso de análisis por parte de las autoridades de Salud, el que será comunicado oportunamente”.
Así, la reunión del comité tuvo lugar ayer por la tarde y se extendió por casi tres horas. La instancia, presidida por el infectólogo Jaime Rodríguez, concluyó no hacer obligatoria la inoculación.
En conversación con La Tercera, Rodríguez aclara que el documento final -que será enviado a las autoridades de salud- demorará en su redacción, pues debe pasar por el visado de los ocho expertos que componen el comité. Sin embargo, confirma que “hubo consenso en que lo que hay que hacer con la vacunación es promoverla, sin que se haga obligatoria, facilitando el acceso a las vacunas y los canales educativos”.
¿Las razones? El facultativo explica que uno de los argumentos del grupo de expertos es que “dada la situación actual en Chile, tenemos porcentajes de cobertura privilegiados y, en ese sentido, hacerla obligatoria sería contraproducente. Lo mismo pensamos para grupos específicos, como el personal de salud o de funciones críticas, que tienen coberturas altísimas. En estos grupos tenemos que apuntar a favorecer la vacunación, dar facilidades horarias y de suministro”.
Por ahora, Rodríguez adelanta que “el documento final hay que terminar de elaborarlo, hay varios puntos en la discusión que zanjar para poder respaldar la recomendación que le sugerimos a la autoridad sanitaria y finalmente emitirlo”.
Promover, facilitar acceso y educar
La postura de la infectóloga de la U. de Chile Jeannette Dabanch, expresidenta y ahora miembro del Cavei, respalda la decisión adoptada en general. Dice que antes de emitir la postura final, revisaron detalladamente la evidencia sobre la adherencia de los programas de inmunización en Chile y en el mundo. “Hemos revisado múltiples recomendaciones a nivel internacional y los países son tremendamente distintos entre sí respecto a la educación y adherencia de las vacunas”, explica.
“En contraposición a naciones europeas, nuestro país es increíblemente adherente y educado en temas de inmunizaciones y tenemos un programa de vacunación potente. Con las coberturas sobre el 90% de la población objetivo en el esquema inicial, además del buen avance del refuerzo, y considerando que el objetivo de vacunación en el país era alcanzar al menos el 80%, nos queda ‘empujar’ a ese porcentaje menor aún de rezagados, entre quienes tenemos que promover, facilitar el acceso y educar sobre las vacunas”, detalla Dabanch.
La infectóloga, eso sí, advierte que si bien no hay vacunación obligatoria, “tampoco la vacunación es voluntaria. Tenemos el Pase de Movilidad asociado a distintas facilidades para los vacunados y lo respaldamos absolutamente”.
La viróloga Vivian Luchsinger, miembro de la instancia, también se manifestó a favor de la postura mayoritaria del Cavei. “Tenemos una alta cobertura de vacunación y hay efectos negativos en la obligatoriedad: por ejemplo, cómo se vela por el cumplimiento y qué hacer con quienes no se vacunan. Con una obligatoriedad, parte de la población que no se ha vacunado y que lo siente como algo perentorio va a generar más rechazo. Además, en Chile no tenemos grandes grupos de rechazo de las vacunas como en países de Europa”, concluye.